lunes, 24 de marzo de 2014

Recargando baterías

Esta entrada en el blog no describe mi vida en Noruega pero si algunos de sus efectos.

Os escribo desde India. Aterricé en Mumbai hace unos 16 días. El motivo del viaje: business.

Mumbai es una ciudad enorme, caótica, ruidosa y sucia. O sea, lo contrario a Oslo. El trayecto de 15km que separa mi hotel de la oficina nunca dura menos de 30 minutos, normalmente son 45.

Pero en ciertos aspectos el día a día en Mumbai me recuerda a España: los atascos para ir al trabajo, las jornadas laborales de 9h o más, la gente que va a desayunar cuando llega a la oficina, el descanso para la merienda, comer a las 2 y cenar a las 9, la vida social entorno a una comida o una cena,...

Dejando temas culturales de lado, la forma de ser de la gente también la encuentro más similar. Son cálidos, sociables, te hacen mil preguntas personales, siempre llevan una sonrisa en la cara y aprovechan cualquier ocasion para bailar (no como a mi que me echaron de un pub Irlandés de Oslo por bailar...)

Ahora estoy en Agonda, Goa. Es un lugar precioso para descansar tanto el cuerpo como la mente. Me he escapado a pasar un fin de semana largo. Estos tres dias me han recordado a los veranos que pasaba en la playa de Cubelles. Agonda y Cubelles no se parecen en nada. Pero el hecho de estar en una casita al lado de la playa y sin aire acondicionado me ha transportado al pasado. Salir de Mumbai y venir aquí me ha recargado totalmente las baterías.

Siempre digo que no echo de menos el sol en Oslo y así es como lo siento cuando estoy allí pero estos días me he preguntado como es posible que haya pasado tantos meses sin él.

Es la segunda vez que vengo a India por trabajo y la experiencia ha sido más positiva que la primera. Tal vez porque estoy conciendo mejor la cultura y a su gente. Me he sentido como en casa. Pero no me quedaría aquí, tengo ganas ya de volver a Oslo. Una ciudad tranquila pero con casi todo lo necesario.

Conclusión: sigo pensando que tomé la decisión correcta emigrando a Noruega. Y se que cuando necesite un poco de sol o comida regional... solo necesito coger un avión!



viernes, 7 de marzo de 2014

Alta y sus auroras blancas

Últimamente siento que el aeropuerto es como mi segundo hogar. Volvimos de Alta el pasado domingo y aquí estoy otra vez, a punto de volar a Frankfurt donde haré escala para coger un vuelo a Bombay.

Alta es una ciudad (si es que se le puede llamar ciudad) en el norte de Noruega. El principal motivo del viaje era ver auroras boreales. Aunque ya sabíamos que las probabilidades de no verlas eran altas ya que depende de la "actividad aurórica" y de la meteorología.

Fuimos ocho personas, la mayoría compañeros de trabajo míos. Volamos con Norwegian y alquilamos dos coches familiares para movernos por la zona. También teníamos dos cabañas reservadas en Karens Rorbuer

Al poco de aterrizar conocimos a dos chicas noruegas que habían perdido su autobús así que les ofrecimos llevarlas en uno de nuestros coches. Las acercamos hasta donde vivían, una zona que me recordaba a un polígono industrial. Le pregunté donde estaba el centro de Alta y su respuesta fue "esto es el centro". No sé... esperaba ver al menos una calle con casitas antiguas pero solamente había un centro comercial y una iglesia que me recordaba a las cacas de Arale


Compramos comida y bebida y emprendimos el viaje a Korsfjorden, lugar donde teníamos la cabaña. La única forma de llegar allá era mediante ferri (unas 150 kr por coche y 4 personas). Así que estábamos condicionados por el horario de éste. Y es un ferri que no pasa muy amenudo... ya que hay poca gente viviendo en esa zona de noruega. Así que tuvimos que esperar 90 minutos para cogerlo. Mientras tanto aprovechamos para discutir porque el túnel que acabábamos de pasar tenía puertas. Había diferentes hipótesis: para que no entre frío, para ahorrar energía mientras nadie lo usa, para encerrar y matar a gente si hay exceso de población...

La cabaña era pequeñita pero muy mona. Tenía vistas al fiordo, jacuzzi y sauna.  Después de cenar cogimos los coches, nos dirigimos a una zona oscura e intentamos "cazar auroras". Y las cazamos! Pero eran blancas! Vimos formas en el cielo. Pensábamos que eran nubes pero cambiaban de forma demasiado rápido. Y lo comprobamos ya que gracias a los filtros de la cámara de fotos se veían verdes. Me gustaría colgar una foto pero Héctor no me la ha pasado aún (ejem...).

Al día siguiente nos levantamos pronto porque teníamos que ir a recoger a un amigo al aeropuerto. Había que salir rápido para no perder el ferri. Hacía un día precioso y gracias a la luz fue muy fácil hacer fotos espectaculares.



Ese día y el siguiente lo pasamos haciendo esquí de fondo y descansando cerca de la cabaña. El dueño nos preparó una cena deliciosa con reno y pescado de la zona. Comimos dentro de un barco! Y justo después volvimos a ver auroras, y esta vez si que eran algo más verdes!

Me encantaría seguir escribiendo pero tengo que embarcar... estaré tres semanas en India así que no escribiré hasta la vuelta.