jueves, 30 de enero de 2014

Practicando el "Shí"


Ski en noruego se pronuncia "shi" y es el deporte por excelencia en invierno. Sobretodo el langrennski, el esquí de fondo. No importa a que hora utilices el transporte público, siempre encontrarás a alguien con los esquís en la mano que se dirige a las pistas.


Este deporte tiene dos ventajas: que no cuesta dinero (solamente el equipo) y que no pasas frío mientras lo practicas. 


Hace un año os expliqué en este post mis primeros pinitos con el esquí de fondo. Desde entonces solamente he esquiado tres veces más y me gusta tanto que esta semana ya he ido dos veces.


La primera fue el pasado domingo. Tenía tantas ganas de ponerme los esquís que me fui sola. Cogí el metro sobre las 11 de la mañana hasta Frognerseteren. En la mochila llevaba dos termos: uno con agua y el otro con té. El motivo de usar termo para el agua natural es evitar que se congele. También llevaba un bocadillo, unos guantes de recambio y las ceras.


El tema de las ceras es un pelín complicado. Se usa un tipo de cera u otro dependiendo del estado de la nieve y de la temperatura. Gracias a dios la marca SWIX tiene este súper termómetro que te guía para saber que cera utilizar.

Lo mejor es encerar los esquís en el tren, así no te congelas las manos. Pero claro, yo no pensé en eso el pasado domingo y los enceré justo después de bajar. Otra cosa que noté es que los palos de mis esquís no tenían el plástico de abajo, ese que evita que el palo se hunda del todo en la nieve y al cabo de 5 minutos me dobló el palo :(


Total, que me puse a esquiar. Como no tenía nada planificado me puse a seguir una familia con niños. Así me aseguraba de no ir por una ruta muy complicada. Nordmarka está súper nevado. Hay hasta mini avalanchas en los árboles que ya no pueden aguantar el peso de la nieve. Hacer esquí de fondo es algo más que practicar deporte, es observar y disfrutar la naturaleza.


Detrás de la familia había una chica que iba sola. Noté que le daba miedo hacer las bajadas. "Como a mí" pensé. Así que fui a hablar con ella. Era inglesa y había esquiado pocas veces, como yo. Total, que decidimos ir juntas. El destino: Kobberhaughytta que no es más que una refugio con cafetería.


Las pistas estaban abarrotadas, es el problema de ir un domingo. Una de las dificultades que le veo a este deporte es que las pistas son tan estrechas y es muy fácil caerse cuando eres novato. Yo me caí ocho veces. Dejé de hacerlo cuando descubrí que el motivo de mis caídas es que intentaba hacer giros al bajar. Hay que bajar recto. Los esquís de fondo son mucho más inestables que los esquís que se utilizan para descenso. Los primeros son mucho más finos y largos y por eso más difíciles de controlar.


Llegamos a la cafetería sobre las 13:30. No había mesas libres para sentarse así que nos sentamos al lado de la chimenea y nos comimos los bocadillos. Descansamos solamente diez minutos porque no queríamos que anocheciera. Y eso es lo que me generó un poco de estrés. Pensar que íbamos por pistas sin iluminación. La vuelta se me hizo larga. Todas las bajadas de la ida se convirtieron en subida. Llegamos al tren sobre las cuatro de la tarde, cansadas y congeladas. Porque ese es el problema: mientras haces esquí de fondo no pasas frío, al contrario, sudas como un pollo porque haces ejercicio aeróbico. Pero al parar te congelas. En cualquier caso estoy súper contenta de los 16km que hicimos! Al llegar a casa me metí en la bañera para entrar en calor y al día siguiente no me podía ni mover de las agujetas!

Os dejo una gráfica del desnivel:


La segunda vez que fui a esquiar fue ayer. Aún tenia agujetas en los brazos del domingo. Fui con unos amigos del trabajo. Quedamos a las siete de la tarde. Y en mi mochila llevaba exactamente lo mismo que la otra vez con una diferencia: una linterna para la cabeza! Me sentía como un minero. Yo llevaba una que compre en el Decathlon, de las que van con pilas. Mis compañeros son súper pro y llevaban unas linternas muy potentes que se alimentaban con una batería que llevaban en el bolsillo. Casualmente tomamos el mismo camino que el domingo, pasando sobre el mismo lago congelado. Durante unos 3km las pistas estaban iluminadas y luego dependimos solo de nuestras luces. La sensación era espectacular. Y lo mejor de todo es que las pistas estaban vacías. Se respiraba tranquilidad. El punto negativo es que yo iba muy cansada. No sé si era porque no tengo mucha energía después del trabajo o porque aún no me había recuperado del domingo. En cualquier caso esquiamos 12km y lo hicimos en poco más de 2h! Una vez más mi plumón acabó empapado. Aprendizaje: esquiar sin el anorak y usarlo justo al terminar.

El esquí de fondo se ha convertido en mi deporte favorito. Me gusta porque puedes hacerlo a cualquier ritmo y porque puedes disfrutar del paisaje. Animo a todo el que pueda a que lo pruebe!!

miércoles, 22 de enero de 2014

Retrospectiva de mi primer año en Noruega

Hace exactamente un año, a esta hora, mi avión aterrizaba en el aeropuerto de Rygge. Era el primer día de mi nueva vida. Llegé con tres maletas de ropa y la bolsa de esquís. No recuerdo como me las apañé para cargar con todo. Ole Christian, el chico con el que viví durante las primeras semanas, me vino a recoger a la terminal de autobuses en su Mercedes. Él iba en pijama y ya me dio una pequeña pista de como es la sociedad noruega. 

Durante estos días he estado haciendo retrospectiva de mi primer año en Noruega. Ha pasado volando! A pesar de que ha habido momentos puntuales de bajón y nerviosismo la experiencia ha sido muy positiva y no me arrepiento en absoluto. Uno de los momentos más alegres fue cuando mi marido me dijo que le habían hecho una oferta de trabajo. Pasamos seis meses viviendo separados aunque nos vimos casi cada mes. O él venia a Oslo o yo a Barcelona de visita.

El pasado fin de semana estuve en Barcelona. Fue una visita rápida porque tenía una cita pendiente con mi dentista. Noté los efectos de la crisis sobretodo en el tren. Tal vez eran imaginaciones mías pero la gente parecía triste.

Decidí no seguir las noticias del país mientras estuviera en Noruega. Preferí aislarme en mi burbuja de felicidad. Sí, ya sé que muchos pensaréis que soy egoísta. Aún así las noticias me llegan a través de todos los conocidos que comparten sus quejas en Facebook. 


Los que me conocéis sabéis que nunca me interesó la política, que me mueven las cosas prácticas y no  los grandes ideales. Y es por eso que decidí no quedarme a "levantar el país". Un país que está donde está no solamente por su clase política sino por como es la sociedad en sí. La cultura española es la cultura de la astucia, la de coger todo el brazo cuando te ofrecen un dedo, la de saltarse las colas, la de evadir impuestos, la del mínimo esfuerzo y la de "para que voy a buscar un trabajo si estoy cobrando del paro". Y todo eso, en mi opinión, es lo que ha llevado el país a la ruina.  



En Barcelona lo primero que observé fue que los restaurantes estaban llenos y las bibliotecas vacías. Y el siguiente pensamiento que cruzó mi cabeza fue "en serio que están en crisis"? Si yo no tuviera trabajo no saldría de tape o y cervecitas. Me estaría rompiendo los cuernos estudiando en la biblioteca ya sea una nueva competencia o un nuevo idioma, cualquier cosa que me hiciera diferenciarme de todas las personas que están en la cola del Inem. Pero no, es mejor arreglar el país sentados frente al PC y compartiendo noticias sobre los políticos.

Yo no vine a Noruega por falta de trabajo. Vine para hacer borrón y cuenta nueva, para alejarme de situaciones tóxicas, de personas que no hacen más que quejarse de sus problemas pero que no hacen nada para solucionarlas, de toda la negatividad que se respira en el aire, … Y me alegro enormemente de mi decisión. 

Cuando la gente me pregunta cuando voy a volver mi respuesta es "de momento no tengo intención de hacerlo". No digo que nunca vaya a volver. Pero mientras pueda seguir en mi burbuja de felicidad y volando a Barcelona para pasar el fin de semana cada vez que eche de menos el sol y las paellas, seguiré aquí.

Y para terminar con una sonrisa compartiré un video que preparé en fin de año para  las personas que me han ayudado a integrarme en este país.


Un día normal

Martes 15 de Enero

Hace una semana estaba, por primera vez desde que llegué a Noruega, muy disgustada con el tiempo. Estar a mediados de Enero y sin nieve no era normal!

Por suerte este pasado fin de semana las temperaturas han bajado empicadas y ha habido precipitación. LLevamos ya cuatro días sin que pare de nevar. No es una nevada muy fuerte pero sí muy continua y espero que mañana, al salir del trabajo pueda ir a esquiar. Ya os contaré. 

La peor parte del invierno ya ha pasado y los días empiezan a alargarse pero creo que los tres meses de "oscuridad" me han pasado factura ya que útilmente me siento un poco zombie. Supongo que esta sensación, multiplicada por 1000 es la que tienen algunas personas que viven en el norte del país, algunas acaban con profundas depresiones e incluso suicidándose. Las pastillas de omega 3 se venden como churros en esta época. En teoría te proporciona las vitaminas necesarias por la falta de sol. Yo de momento voy de chulilla y no las tomo. Comer pescado, carne o huevos cada día debería ser suficiente. También recomiendan que nada más levantarte te de una fuente ponente de luz aunque sea artificial. De momento no lo he probado. Lo que sí que estoy intentando hacer es mantenerme activa.

El despertador suena a las 6:30. Me lo pongo en el comedor y así me obligo a levantarme. A pesar de que casi siempre duermo más de 8 horas, la tentación de volver a la cama después de apagarlo es muy grande. Está oscuro y sé que fuera hace frio. Pero total, si hubiera sonado a las 8 de la mañana seria lo mismo.

Pongo el hervidor de agua mientras me visto con la ropa del gimnasio y una vez tengo el agua hirviendo me sirvo una taza de te con una cucharadita de guaraná (sí, la misma especie del anuncio "te va, te va, te va el guaraná". Son unos polvos que tienen más cafeína que el café (o eso dicen). Me los trajo mi madrastra de Brasil (sé que suena como si mi madrastra mala me hubiera dado un sobre de veneno pero mi madrastra es de las buenas). Total, que el invento me activa. Me calzo las botas de nieve, el gorro, la bufanda y los guantes y salgo hacia el gimnasio. El protocolo de abrigarse en invierno es un poco cansino. Sobretodo porque dentro de los edificios hace mucho calor. Sigo yendo al gimnasio de la cadena SATs, el más cercano a mi casa es el de Solli plass. Paso allí 45 minutos, vuelvo a casa y me preparo para ir a trabajar.

Durante la mayoría del año voy a la oficina andando. Son 30 minutos pero es un paseo muy agradable y llego al trabajo más fresca y alegre. Ahora con la nieve me da miedo resbalarme así que he vuelto a comprar el ticket mensual de transporte público. Puedo ir tanto en autobús como en tranvía, más o menos tardan lo mismo. Voy en tranvía porque me resulta más auténtico. Tardo unos 15 minutos en llegar a la oficina. En la entrada tenemos un armario donde dejar los abrigos y las botas. Como comenté en uno de mis primeros posts, la mayoría de gente se cambia los zapatos mojados al entrar para no pringar todo el suelo.


Algunos días desayuno y otros no. La mayoría como fruta en la oficina, que es gratis. Además a las 11 es la hora de comer, así que prefiero no desayunar fuerte. 

En lo que se refiere a la comida la parte más dura es entre las 2pm y la hora de cenar. Normalmente ceno entre las 18h y las 20h dependiendo de las actividades que tenga esa tarde. Así que en algún momento de la tarde necesito merendar.

Después de siete horas y media trabajando es hora de salir. Algunos días voy a clase de noruego, otros me vuelvo al gimnasio y los viernes normalmente o me voy directa a casa o al pub con los compañeros de trabajo.


Hoy me toca ir a noruego y al volver tengo una reunión por Skype para conocer a mi nuevo jefe americano. Como la diferencia horaria entre Oslo y San Francisco es de 9 horas tendré que reunirme con él al anochecer de vez en cuando. Evidentemente lo haré desde casa. Tengo previsto un viaje a California en breve por motivos de trabajo pero espero tener algo de tiempo libre para hacer turismo.

Normalmente antes de las 23h ya estoy muerta de sueño.

Esta es la descripción de un día normal, de una trabajadora normal que vive en Noruega :)